jueves, 17 de julio de 2014

La reforma educativa en México y el desmantelamiento de la educación pública

La educación es un acto de amor, y por esto un acto de coraje. No puede temer al debate. No puede rehuir la discusión creadora, so pena de ser una farsa. ¿Cómo se aprende a discutir y debatir con una educación que impone?

Paulo Freire

Introducción

A partir de 1982, año en que Miguel de la Madrid llega a la presidencia de la república, el país se ve envuelto en una seria de transformaciones paulatinas y profundas del sistema socio económico que se había implantado en el México postrevolucionario. Es así como la figura del Estado benefactor -que jugaba el papel de garante en “la participación de los trabajadores en la distribución de la plusvalía” (Wallerstein, 1999:103)- queda desmantelada para dar paso a la implementación del neoliberalismo[1] -sistema económico que propone el adelgazamiento de un Estado al que se cataloga de ineficiente y nocivo para la sociedad mexicana-, mediante la privatización de un número sustancial de empresas públicas. Para lograr dicho objetivo, se pusieron en marcha una serie de modificaciones a la carta magna (la primera de ellas en 1982[2]) que más adelante serian bautizadas con el nombre de “reformas estructurales”. Ante esta situación, muchos ámbitos de la vida pública del país han sido sometidos al escrutinio de las políticas neoliberales, hecho que ha transformado la realidad económica, política, social y cultural del país.

Un claro ejemplo de lo anterior es la educación pública, la cual se haya consagrada en el artículo 3ro. Constitucional y que en la actualidad enfrenta mediante la llamada Reforma Educativa, un decisivo embate privatizador que busca, entre otras cosas, desarticular la capacidad de movilidad social de amplios sectores del magisterio nacional (principalmente de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE) y vulnerar una serie de derechos laborales de los cuales gozaban; además de liberar al Estado de algunas obligaciones históricas como rector del sistema educativo. En el presente trabajo se realizará un breve análisis de algunos acontecimientos destacados dentro de la historia de las políticas educativas en nuestro país, tal como el establecimiento de la Constitución del 1917 y el artículo 3ro; la creación de la Secretaria de Educación Pública (la SEP) a cargo de José Vasconcelos y la educación socialista de Lázaro Cárdenas. De igual manera, se presentará un análisis de las modificaciones planteadas en la Reforma Educativa al 3ro., para de esta manera lograr la construcción de un panorama amplio de los costos que conlleva su aplicación en la educación del país y comprender cuales son los grupos que se verán beneficiados con ella, y a que sectores sociales impactará de forma negativa.    

La Constitución de 1917 y el artículo 3ro

En noviembre de 1914, luego de desconocer los acuerdos de la Convención de Aguascalientes[3], Venustiano Carranza parte hacia el puerto de Veracruz para establecer un gobierno alterno al del Eulalio Gutiérrez. Desde ahí, sus fuerzas armadas –a cargo de Álvaro Obregón-, logran vencer a la División del Norte -que era encabezada por Francisco Villa- en el año de 1916. Por otra parte, Pablo Gonzáles tiene cierto éxito con la estrategia de desgaste y aislamiento implementada contra el zapatismo (Ulloa, 1988:1136-1140), hecho que le permitirá al Primer Jefe contar con un espacio de maniobrabilidad política suficiente para llamar a elecciones de diputados –la mayoría de ellos revolucionarios de renombre-, los cuales comienzan a trabajar en el proyecto de una nueva Carta Magna (1988:1150). Es así como el 21 de noviembre de 1916, en la ciudad de Querétaro, se inaugura el Congreso Constituyente que promulgará la nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el 5 de febrero de 1917.

Debido a que es el bando victorioso –es decir, el carrancista- quien convoca para la redacción de esta nueva Carta Magna, las voces opositoras al constitucionalismo desaparecen de las discusiones sobre el nuevo proyecto de nación, ya que “la convocatoria lanzada en septiembre de 1916, ponía como condición para ser elegible para el Congreso Constituyente […] aprobar el Plan de Guadalupe” (Gilly, 1980:224). No obstante, la guerra civil de dos años llevada a cabo en el territorio nacional había generado una influencia recíproca entre las facciones oponentes, lo que daba por resultado un congreso dividido entre un ala “conservadora”, encabezada por Carranza –la cual pretendía realizar cambios muy simples a la Constitución liberal de 1857-, y un ala “radical o jacobina” que era apoyada por Álvaro Obregón, la cual “quería introducir profundas reformas políticas y sociales en la estructura jurídica del país” (1980:226-227).

Un claro ejemplo de como la visión jacobina –la cual logró constituir una importante mayoría frente al bloque carrancista- se plasmó en el espíritu de la Constitución, lo encontramos en los artículos 27, 123 y 130[4]; así como en el artículo 3ro, el cual eleva por primera vez en la historia del país a “rango constitucional el derecho que todo ciudadano mexicano tiene para recibir una educación laica, pública y gratuita” (CESOP, 2013); esto quiere decir que se plantea “eliminar toda injerencia privada o religiosa en la educación, quedando ésta como prerrogativa exclusiva del Estado” (Gilly,1980:227).

Siendo así, la Constitución de 1917 –que innegablemente es una constitución burguesa-, se convierte en una de las más progresistas en todo el mundo debido a su “carácter nacionalista, popular y antiimperialista” (1980:231). El ala jacobina había comprendido que para consolidar su poder sobre los ejércitos campesinos –materializados principalmente bajo el villismo y el zapatismo-, era necesario realizar importantes concesiones a estos en pos de la unificación nacional. El país había vivido una guerra de seis años, la cual había devenido en una “profunda e irreversible transformación” de sus estructuras, transfigurando profundamente “la conciencia de las masas” (1980:231).

A continuación se presenta Artículo 3ro, tal y como fue redactado por el Congreso Constituyente de 1917, en donde se puede apreciar que la principal preocupación estribaba en plasmar la laicidad de la educación y el limitar la acción de los ministros de culto dentro del sistema educativo; aunque también se contempla la gratuidad a nivel primaria; hecho comprensible si tomamos en cuenta los altos niveles de analfabetismo padecidos durante la época.

Art. 3º.- La enseñanza es libre; pero será laica la que se dé en los establecimientos oficiales de educación, lo mismo que la enseñanza primaria, elemental y superior que se imparta en los establecimientos particulares.
Ninguna corporación religiosa, ni ministro de algún culto, podrán establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria.
Las escuelas particulares solo podrán establecerse sujetándose a la vigilancia oficial.
En los establecimientos oficiales se impartirá gratuitamente la enseñanza primaria (Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2015).

La promulgación de este artículo sentó las bases del sistema educativo del régimen revolucionario, el cual encontró enormes dificultades para consolidarse, ya que con la desaparición de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes -órgano gubernamental encargado de la educación pública durante el porfiriato y que “sólo abarcaba al Distrito Federal y los territorios federales” (Historia de la SEP, 2015)-, quedó demostrado que los municipios eran incapaces de afrontar el compromiso educativo. Ya para el año de 1919, “la educación pública resentía la falta de una adecuada organización: tan sólo en el Distrito Federal, quedaban abiertas 148 de las 344 escuelas existentes en 1917 (Historia de la SEP, 2015).

José Vasconcelos y la creación de la Secretaria de Educación Pública

En junio de 1919, Álvaro Obregón anuncia su intención de competir por la presidencia de la república en las elecciones del año siguiente, siendo postulado por el Partido Revolucionario Sonorense, el Partido Liberal Constitucionalista y el Partido Laborista, además de recibir el apoyo excombatientes villistas, zapatistas e incluso felixistas[5]. A lo largo de la campaña se comenzó a posicionar como candidato oficial de Carranza, el embajador en Washington, Ignacio Bonillas, quien no contaba con un apoyo popular considerable. Esta situación provocó una enorme desconfianza hacia el régimen por parte de los obregonistas. En tanto, Adolfo de la Huerta -que fungía como Secretario de la Defensa-, decidió rebelarse contra Venustiano Carranza, el 23 de abril de 1920, con el Plan de Agua Prieta (Ulloa, 1988:1171-1173), al que se adhieren importantes fracciones del Ejército, así como amplios sectores de la sociedad civil –entre ellos figuraba José Vasconcelos, quien fuera un destacado líder estudiantil, filósofo e intelectual maderista partidario del antireeleccionismo-.

El levantamiento tuvo impactó en todo el país y esto obligó a Carranza a abandonar la Ciudad de México en mayo de 1920, con la intención de reorganizar su gobierno desde Veracruz - tal y como lo había hecho en 1915-. No obstante, luego de realizar un tortuoso viaje por ferrocarril, es emboscado el 20 de mayo, en Tlaxcalaltongo, Puebla, para que el 24 de mayo, el Congreso de la Unión nombre como presidente interino a De la Huerta y convoque a las elecciones generales (Ulloa, 1988: 1174).

De acuerdo con Adolfo Gilly, la rebelión Delahuertista puede entenderse de la siguiente manera:

La rebelión del Plan de Agua Prieta fue el instrumento, el vehículo transitorio a través del cual se expresó una necesidad histórica impuesta desde abajo. Fue la tenacidad, la continuidad, la permanencia nacional de las luchas de las masas lo que aisló, descompuso, acorraló al régimen burgués carrancista y determinó en definitiva su caída. Las masas, aún en repliegue, aún sin centro nacional, aún batidos una y otra vez sus destacamentos organizados pero no unificados nacionalmente, persistieron, pelearon, defendieron con tenacidad y determinación histórica la continuación de las conquistas revolucionarias y acabaron con la última tentativa, en esa etapa, de instalar un régimen burgués sobre bases estables como conclusión de la revolución. No pudieron seguir ellas adelante: pero impidieron que Carranza aplastara a la revolución (1980:332).

Es así como en 1920, luego de obtener más del 90% de los votos de la elección,  Obregón llega a la presidencia de la república (INEGI, 1988:291, apud Lazarín, 2009), y el denominado Grupo Sonora instaura para el país un proyecto político y económico que encontraba su sustento en la Constitución Política de 1917 (Lazarín, 2009:11). No obstante, de mayo a diciembre de ese año, De la Huerta había estado al frente del ejecutivo de forma interina, y durante ese lapso de tiempo decide nombrar como encargado del Departamento Universitario y de Bellas Artes a José Vasconcelos, quien había apoyado de forma decidida el golpe de estado contra Carranza. El ocupar este cargo también delegaba a Vasconcelos las responsabilidades de dirigir la Rectoría de la Universidad Nacional, en dónde se desempeñaría hasta el 12 de octubre de 1921 (2009:11).

José Vasconcelos nació en 1882 y falleció en 1959. Oaxaqueño de nacimiento, “fue hijo de la naciente unión entre educación pública y clase media” (Donoso, 2010:52). Crítico feroz del positivismo –la filosofía oficial del porfiriato-, fue fundador del Ateneo de la Juventud, junto con Antonio Caso, Rafael López, Jesús T. Acevedo, Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña (CONACULTA, 2013). Esta agrupación nacida en 1909, impulsó “una filosofía alternativa, más ajustada, al menos desde su punto de vista, a la satisfacción de inquietudes existenciales […] El pensamiento político y educacional de Vasconcelos se enmarca en dos robustas corrientes continentales […] la lucha entre civilización y barbarie [y] la tradición anti-estadounidense” (Donoso, 2010:53). Estas concepciones filosóficas serán las que más adelante den sentido a la cruzada educativa que pondría en marcha a nivel nacional, y que se encuentran plasmadas en la frase que él mismo acuñara como lema de la Universidad Nacional: “Por mi raza hablará el espíritu”.

Dicha cruzada educativa se llevó acabo entre 1921 y 1924, y para poder concretarla, Vasconcelos comenzó a estructurar el proyecto de la naciente Secretaria de Educación Pública (SEP), órgano que adoptaría las políticas educativas a nivel federal mediante un ambicioso proyecto cultural con tintes humanistas que fue planteado al mismo presidente Álvaro Obregón y que fue negociado por el propio Vasconcelos en la Cámara de Diputados y en algunos congresos locales durante su gestión (Lazarín, 2010:12).

Finalmente, la SEP es fundada el 12 de octubre de 1921, con la siguiente estructura departamental:

1 .      El departamento Escolar, en el cual se integraron todos los niveles educativos, desde el jardín de infancia hasta universidad.
2 .      El Departamento de Bibliotecas, con el objeto de garantizar materiales de lectura para apoyar la educación en todos los niveles.
3 .      Departamento de Bellas Artes, para coordinar las actividades artísticas complementarias de la educación (Secretaria de Educación Pública, 2015).

De esta forma, por primera vez en la historia del país, la educación “adquirió un sentido nacionalista y culturizante” (Lazarín, 2010:12). La visión de la educación que Vasconcelos quería implementar en México consistía en “transformar a las masas marginadas en grupos de individuos productivos y creadores”; en “modelar a los hombres en una función social” (Vasconcelos, apud, Lazarín, 2010:12), esto con el objetivo de que desarrollaran una función útil para la sociedad. Para lograr dicho objetivo, principalmente en las zonas más marginales del país, creó tres instituciones que se encargarían de implementar la educación campesina; estas eran a) la escuela rural, que llevaría a cabo la alfabetización dentro del medio rural, b) la escuela de la comunidad, que organizaba las actividades económicas de la comunidad misma y c) las misiones culturales, que buscaban el mejoramiento profesional del profesor rural (Lazarín, 2010:12-13).

De igual manera, se fomentó la creación de escuelas técnicas, se promovieron intercambios culturales con estudiantes de otros países de Iberoamérica, se fomentó el muralismo con mediante la obra pictórica de Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, y se contó con la colaboración de destacados artistas e intelectuales: “Eulalia Guzmán (campaña alfabetizadora), Rafael Ramirez (educación rural), Miguel Bernard (educación técnica), la escritora chilena Gabriela Mistral (educación técnica femenina), Adolfo Best Maugard (dibujo), Carlos Pellicer Cámara (poeta), entre otros” (2010:13).

Finalmente, en 1924, Vasconcelos decide renunciar a la Secretaria de Educación Pública ante el nombramiento de Plutarco Elias Calles como sucesor de Álvaro Obregón. El llamado Apóstol de la educación, quien siempre mantuvo una relación ríspida y de desconfianza con el Grupo Sonora, consideraba que él representaba la mejor opción para el país. Posteriormente, en 1928, se presenta como candidato para las elecciones presidenciales, compitiendo contra el mismo Obregón, y al perderlas decide llamar a la lucha popular debido a que consideraba que el proceso electoral había sido desaseado y había presentado un cúmulo de irregularidades. Su llamado no tiene mucho eco entre la población, con excepción del sector estudiantil, que es violentamente reprimido por Calles, y por tanto, decide exiliarse en Estados Unidos. No obstante, su legado más importante, la creación de la Secretaria de Educación Pública, se había convertido en una realidad que había impactado de manera importante a amplios sectores de la población. 

La educación socialista de Lázaro Cárdenas.

Luego del asesinato de Álvaro Obregón en 1928, a tan sólo unos meses de asumir un segundo periodo no consecutivo de la presidencia de la república, tres diferentes personajes gobernaron el país a lo largo de 6 años: Emilio Portes Gil, de 1928 a 1930; Pascual Ortiz Rubio, de 1930 a 1932; y Abelardo Rodríguez, de 1932 a 1934. Este periodo de tiempo conocido como el Maximato[6] concluirá en 1934, con la llegada al poder del general Lázaro Cárdenas del Rio; suceso que significará el fin de las políticas impositivas del callismo, así como la llegada al poder de “la tendencia radical del Constituyente de Querétaro, llevada por la ola creciente de luchas obreras y campesinas que determinaron la segunda ola de ascenso de la revolución mexicana” (Gilly, 1980:347).

A partir de 1935, el general Cárdenas emprenderá una política que se diferenciará por completo con respecto a la de sus predecesores, así como la de sus sucesores, ya que será durante su sexenio cuando se cumplan como en ningún otro momento, los preceptos más progresistas de la Constitución del 17, que se concretizaban en los artículos 3, 27 y 123. En palabras de Adolfo Gilly, Cárdenas implemento una política con una “concepción del socialismo de la pequeñaburguesía [sic] radical y antiimperialista” (1981:381), la cual resume de la siguiente manera:

Los aspectos fundamentales del periodo cardenista fueron; la estatización de las empresas petroleras y de los ferrocarriles; el reparto agrario; la organización del movimiento obrero; la educación socialista; la política internacional (1981:355).

En lo que se refiere a la educación, poco antes de la toma del poder por parte de Cárdenas en 1934, ya se comenzaba a plantear dentro el Partido Nacional Revolucionario (PNR)[7], la posibilidad de “establecer el precepto de la educación socialista en la Constitución” (Gilly, 1981:379). El debate estuvo enmarcado dentro de una confrontación ideológica en la que el ala moderada planteaba un “socialismo mexicano”; el ala radical aducía a un “socialismo científico”; y el ala neutral bosquejaba un socialismo sin adjetivos. Cabe mencionar que el planteamiento que proponía una educación pública basada en el socialismo científico, contaba con un marcado apoyo de un joven Fidel Velázquez, así como de la Confederación General de Obreros y Campesinos de México (1981:380).     El diputado radical veracruzano Manlio Fabio Altamirano, se refirió a la modificación del artículo 3ro en estos términos:

Tendremos que hacer una escuela de transición que prepare a las juventudes en estos dos puntos: primero, hacerles comprender mediante un análisis detallado cual es la situación que prevalece en el mundo en la actualidad; explicar a los niños perfectamente cuál es el funcionamiento del capitalismo, cuales son las fuerzas coadyuvantes de este sistema o de este régimen social individualista; demostrar a los niños palpablemente, que está en estos momentos dominando al mundo; y una vez explicados estos pormenores y estos detalles, explicarles también en forma definida y clara cuáles son los ideales de socialismo científico (1981:380).

Luego de la discusión realizada en la Cámara de Diputados, la tendencia radical se impuso con 96 votos a favor y 26 en contra, y la redacción de la modificación del artículo 3ro quedo plasmada de la siguiente manera:    

La educación que imparta el Estado será socialista, y además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida.

Tal pareciera que el equipo cardenista que llegó al poder y que se caracterizaba por ser pequeñoburgués radical, nacionalista y antiimperialista (la SEP era encabezada por Ignacio García Téllez[8], que fue uno de los más cercanos colaboradores de Cárdenas); deseaba mediante la educación estatal establecida por la misma clase dominante –es decir, mediante una concepción paternalista-, y no a través de la organización social independiente construida por las bases obreras y campesinas, realizar una “preparación paulatina para el socialismo”.  Es por ello que en el proyecto de ley presentado en la Cámara de Diputados, se afirmaba que “El futuro del país pertenece a la niñez y juventud socialista” y que el fin de la educación socialista consistía en “la formación de la conciencia de clase” del proletariado (1981:381-382).

A pesar que la modificación al artículo 3ro es uno de los sucesos más destacables en el ámbito de la educación durante el gobierno del general Cárdenas, simplificar a este hecho su política educativa seria inadecuado; ya que durante el sexenio cardenista se le dio un fuerte impulso en muchos sentidos. Por una parte, el número de escuelas se multiplico considerablemente, al igual que la plantilla de maestros rurales; de igual forma, se crearon internados para hijos de obreros y campesinos, y en las escuelas se cantaba lo mismo el Himno Nacional Mexicano que “La internacional”. La conmemoración del 1ro de mayo cobró un nuevo sentido con la participación activa de los estudiantes, y la historia de las luchas obreras y campesinas de México y el mundo comenzó a  ser contada en las aulas. Un hecho igualmente destacable fue la fundación, en 1936, del Instituto Politécnico Nacional, institución creada con el objetivo de “preparar técnicos para las empresas estatizadas surgidos de las filas de los hijos de obreros y campesinos, para lo cual en el Politécnico se estableció un régimen de interinato” (1981:382).

Finalmente, la educación socialista fue abandonada por completo una vez que Lázaro Cárdenas dejará el poder, y para 1945, Manuel Avila Camacho presento un proyecto de ley que proponía reformar nuevamente el artículo 3ro, con la intención de suprimir el precepto de la educación socialista; y aunque esta decisión generó diversas resistencias, en especial (¿quién lo dijera?) del naciente Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza (SNTE). Un personaje que jugó un papel importante en el cabildeo para la aprobación de esta reforma, fue Vicente Lombardo Toledano, quien argumento que para no dar pretextos a los ataques reaccionarios que vulneraban la unidad nacional, era necesario “modificar aquellos aspectos equívocos de la redacción del artículo 3ro.” (Gilly, 1981:383).

La Reforma Educativa
 
El primero de diciembre del 2012, luego de que el país experimentara a dos sexenios de gobiernos panistas, el PRI logró regresar a los Pinos con la candidatura de Enrique Peña Nieto. Después de unas desaseadas elecciones y de una toma de poder que estuvo enmarcada por protestas sociales sumamente violentas; el dinosaurio despertó de un breve letargo para retomar sus fueros. En este contexto de deslegitimación y enorme encono social, el 2 de diciembre del 2012, las principales fuerzas políticas del país (PRI, PAN y PRD) firman el Pacto por México; el cual pretende “sentar las bases de un nuevo acuerdo político, económico y social para impulsar el crecimiento económico” (Pacto por México, 2015:2). La firma de este pacto está sentado sobre 5 acuerdos fundamentales: “1. Sociedad de Derechos y Libertades. 2. Crecimiento Económico, Empleo y Competitividad. 3. Seguridad y Justicia. 4. Transparencia, Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción. 5. Gobernabilidad Democrática.” (2).    

En los hechos, cada uno de estos puntos propone –siempre de forma velada- la aplicación de políticas privatizadoras de corte neoliberal dictadas por organismos financieros internacionales tales como el Fondo Monetario Internacional[9], el Banco Mundial[10] o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico o la Organización de Estados Americanos[11]. En este sentido, las llamadas reformas estructurales[12],  no son otra cosa que una nueva etapa de los procesos neoliberales implantados a nivel global, los cuales buscan acentuarse en el país con una profundidad nunca antes vista. Un claro ejemplo de ello es la Reforma Educativa, la cual ha desencadenado masivas de protestas en todo el país, las cuales  han sido encabezadas principalmente por la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE).

El 11 de septiembre del 2012, el Ejecutivo Federal presentó un proyecto de Reforma Educativa el cual hace un claro énfasis en la importancia de contar con una educación de calidad para todo el país. Al respecto, el punto 1.3 del Pacto por México “Educación de calidad y con equidad” enumera una serie de acciones que permitirán el acceso equitativo a una educación de calidad (Sistema de información y gestión educativa; consolidación del Sistema Nacional de Evaluación Educativa; autonomía de gestión de las escuelas; escuelas de tiempo completo; computadoras portátiles con conectividad; crear el Servicio Profesional Docente; fortalecer la educación inicial de los maestros; incrementar cobertura en educación media superior y superior; programa Nacional de Becas) (Peña Nieto et all, 2015: 4-6).

Aunado a esto, el Pacto por México menciona que el Estado mexicano ha tenido un gran avance en lo que respecta a la cobertura, y que en este momento resulta prioritario “elevar la calidad de la educación de los mexicanos para prepararlos mejor como ciudadanos y como personas productivas” (4). Como se puede observar en el contenido del documento, existe una clara manifestación de ponderar aspectos cualitativos de la enseñanza en nuestro país, antes que aspectos cuantitativos. Esta visión se fortalece con el contenido de la propia reforma educativa, que en el segundo punto (“El imperativo de la calidad”) menciona lo siguiente:

Desde diversos ámbitos de expresión la sociedad mexicana hace cada día más intenso el reclamo por una educación de calidad. Se trata de una preocupación fundada, toda vez que a lo largo de la historia los mexicanos hemos adquirido conciencia y hemos podido apreciar el valor que la educación representa para la satisfacción de los anhelos de justicia y desarrollo (Peña Nieto, 2015:3).

En este sentido, el documento menciona también que la principal ruta para alcanzar la calidad educativa es la evaluación:

La evaluación educativa, instituida como parte de esa búsqueda de transformación, ha contribuido a un mejor conocimiento de nuestro sistema educativo y ha proporcionado nuevos elementos que permiten entender con mayor claridad lo mucho que hay por hacer para mejorar el aprendizaje de los alumnos. Las evaluaciones internacionales en las que nuestro país ha participado han hecho posible la comparación de nuestra realidad con las de otras naciones (3).

Aunado a eso, la reforma educativa, que si bien es cierto vislumbra la participación de  diversos actores en el quehacer educativo (padres de familia, alumnos, autoridades escolares, etc.), considera el desempeño docente como el factor fundamental a evaluar, y al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE)[13] como el organismo idóneo para realizarla. Al respecto, el documento señala lo siguiente:

es innegable que el desempeño del docente es el factor más relevante de los aprendizajes y que el liderazgo de quienes desempeñan funciones de dirección y supervisión resulta determinante. En atención a ello, la creación de un servicio profesional docente es necesaria mediante una reforma constitucional; el tratamiento de los demás factores podrá ser objeto de modificaciones legales y administrativas en caso de estimarse necesarias.

[…] se estima necesario elevar a rango constitucional las disposiciones que permitirán dotar al Sistema Educativo Nacional de los elementos que impulsen su mejoramiento y aseguren la superación de los obstáculos que lo limitan. Se requiere, en consecuencia, establecer las bases para la creación de un servicio profesional docente y para la constitución del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, como máxima autoridad en materia de evaluación. (4).

Dicho lo anterior puede observarse con claridad que la reforma educativa establece como mecanismo para alcanzar los estándares de calidad antes mencionados, la restricción del ingreso, la permanecía y el ascenso dentro del servicio profesional docente a los procesos de evaluación que se realice al magisterio a través del INEE, cuyas funciones quedan establecidas en la fracción VII del artículo 3ro

Para garantizar la prestación de servicios educativos de calidad, se crea el sistema nacional de evaluación educativa. La coordinación de dicho sistema estará a cargo del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, [que] será un organismo público autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio. Corresponderá al instituto evaluar la calidad, el desempeño y resultados del sistema educativo nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior. Para ello deberá: 

A) diseñar y realizar las mediciones que correspondan a componentes, procesos o resultados del sistema; B) expedir los lineamientos a los que se sujetaran las autoridades educativas federal y locales para llevar a cabo las funciones de evaluacion que les corresponden; y C) generar y difundir informacion y, con base en esta, emitir directrices que sean relevantes para contribuir a las decisiones tendientes a mejorar la calidad de la educacion y su equidad, como factor esencial en la busqueda de la igualdad social. 

La Junta de Gobierno será el órgano de dirección del Instituto. Se integrará por cinco miembros designados por el Ejecutivo Federal, con la aprobación, dentro del plazo de treinta días naturales, de las dos terceras partes de los miembros presentes de la Cámara de Senadores o, durante los recesos de ésta, de la Comisión Permanente. (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2015).

Como se puede apreciar con claridad hasta ahora, la reforma educativa de Peña Nieto se remite al ámbito meramente laboral y deja de lado por completo aspectos pedagógicos relacionados con los planes y programas de estudios, los contenidos de los libros de texto gratuito, o bien, en las estructuras burocráticas encargadas de dirigir la educación en México. Esto hace que todo el peso de la reforma, y sobre todo del diagnóstico sobre las deficiencias del Sistema Educativo Nacional recaigan en el desempeño y la adecuada evaluación de los profesores.

No obstante lo anterior, hasta el momento de la firma del Pacto por México, las críticas por parte del magisterio disidente se habían mantenido en un bajo perfil, además de un tanto desarticuladas y acotadas al plano de lo local o estatal. Sin embargo, en las argumentaciones de los grupos de profesores críticos, era común recurrir al planteamiento que hacía notar la intrusión de los poderes fácticos en la elaboración dicha reforma, agrupados principalmente dentro de la asociación “Mexicanos Primero”, que es presidida por Claudio X. González[14]. Esta organización ha sido una de las que más presionó a la Secretaria de Gobernación para que la reforma fuera aprobada sin que existiera de por medio ninguna proceso de diálogo y negociación con la CNTE[15], que es punta de lanza del movimiento antireformista.

El conflicto magisterial, así como el tono de las protestas de la CNTE -lidereada principalmente por la Sección 22 del estado de Oaxaca-, escalaron considerablemente en el momento en que se dieron a conocer las leyes secundarias que serían implantadas junto con la reforma. Estas son tres y se clasifican de la siguiente manera: “1) Decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley General de Educación. 2) Decreto por el que se expide la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. 3) Decreto por el que se expide la Ley General del Servicio Profesional Docente” (SEP, 2015:2). Ha sido en realidad en la aprobación de las leyes secundarias, en donde más se han vulnerado los derechos laborales de los docentes, así como la gratuidad de la educación y la rectoría del estado sobre esta.

Un claro ejemplo de ello, es la pretensión que los maestros pasen “dos años a prueba y puedan ser despedidos, de no aprobar las evaluaciones, sin ninguna responsabilidad laboral para el Estado [y de igual manera] Se plantea [también] desaparecer el escalafón y sujetar a los profesores a tres exámenes” (La Jornada, 2015). Otro aspecto que ha llamado fuertemente la atención, es el hecho de la autonomía en la gestión escolar, la cual consistirá en delegar todas las atribuciones a los directivos del plantel escolar, para obtener los recursos económicos necesarios para “mejorar la infraestructura, comprar materiales educativos, resolver problemas de operación básicos y propiciar la participación de la comunidad escolar” (Presidencia de la República, 2015). Esta es una clara muestra de cómo el Estado pretende desentenderse de las obligaciones históricas adquiridas en el artículo 3ro como garante y rector de la educación pública, para delegarlas a grupos  de poder que intentarán a toda costa y sin ningún escrúpulo, acrecentar las oportunidades de negocios, aún a costa de la educación misma.  

Fue así como a partir del mes de agosto del 2013, “más de 20,000 maestros provenientes de Oaxaca, Chiapas y Guerrero, principalmente, arribaron al Zócalo capitalino con el propósito de manifestarse en contra de la reforma educativa”, hecho que represento “de acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México (Canaco), las protestas han dejado pérdidas económicas por 767 millones de pesos” (ADN Político, 2015). Aunado al plantón en la plancha del zócalo, la CNTE se manifestó de manera regular en las calles de la Ciudad de México, teniendo como principales objetivos el bloqueo a la Cámara de Diputados y Senadores, al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y el duopolio televisivo. Finalmente, el 13 de septiembre, fuerzas federales desmantelarán por medio de la fuerza el plantón de la plancha del zócalo, dejando como consecuencia 32 personas detenidas y un número indeterminado de profesores heridos (La Jornada, 2015).

El panorama de la educación en México

En México –según los datos arrojados por el Dr. Gil Antón[16]- existen 114 millones de habitantes con edades que van de los 15 a los 64 años. Dentro de este universo se hayan 4 millones de personas (en su gran mayoría mujeres indígenas) que no pueden leer o escribir un recado; es decir, que son analfabetas. Además de los anterior existen 10.1 millones de personas que no han concluido la educación primaria y 16.4 millones que no han concluido la secundaria. Esto es a lo que en nuestro país se le conoce como rezago educativo, un padecimiento que afecta a un total de 31.9 millones de personas debido a las condiciones que privan en el Sistema Educativo Nacional.

Estos datos, que sin duda resultan alarmantes, se vuelven completamente comprensibles si los visualizamos como un elemento más de la desigualdad social que padece el país. No obstante lo anterior, la reforma educativa impulsada por el gobierno federal desde el 2013 se ha enfocado en realizar adecuaciones de tipo administrativas, las cuales buscan liberar al Estado de las obligaciones relacionadas con los derechos laborales de los docentes y no con combatir las enormes carencias que perviven en la educación pública, tales como falta de presupuesto, inadecuada infraestructura, planes y programas de estudio obsoletos, además de la falta de una capacitación realmente funcional para los profesores, la cual no sea utilizada como herramienta de control político.

No está por demás mencionar que en este país (y esto no es nuevo), quienes más padecen de las erráticas políticas públicas son las poblaciones más marginadas; es decir, aquellas personas que tienen que caminar kilómetros para llegar a un aula sin techo, o sin paredes, o sin pizarrón, o sin energía eléctrica, o sin fibra óptica para tener acceso a la web, etc. Por ello resulta evidente que en el combate al rezago educativo, la primera acción a realizarse es el combate al rezago económico, el cual genera una indignante brecha entre las poblaciones más pobres de este país –las cuales crecen año con año- y los pequeños grupos oligárquicos que controlan la economía y la política de este país.
Como bien lo menciona el Dr. Gil Antón en otro video publicado igualmente por el COLMEX[17], lo que se requiere para mejorar el sistema educativo es la implementación de una auténtica reforma educativa que brinde capacitación efectiva y útil a las y los profesores, a quienes en una interesante analogía, Gil Antón los equipara con los conductores de un camión que por desgracia, padece de graves averías. Siendo así, la capacitación y evaluación de los operadores de este camión viejo y vetusto no tendrán un impacto en la sociedad si antes no se repara al vehículo; es decir, el sistema educativo, cambiando su motor, sus llantas, sus asientos, etc. No obstante, la tarea no concluye ahí, pues además de las reparaciones que el camión necesita, es impostergable la tarea de mejorar el camino por el cual transita; es decir, la realidad social del país el cual padece de desigualdades sociales verdaderamente alarmantes.

Conclusiones

A menara de cierre, es posible entender que el proceso revolucionario de 1910, el cual tuvo su expresión más genuina en la participación de las masas campesinas, logró desmantelar de manera irreparable a la burguesía porfiriana; para que de esta manera se pudiera abrir paso hacia el poder una nueva clase oligárquica pequeñoburguesa y nacionalista que, no obstante su condición de clase y aún en contra de su propia voluntad, tuvo que realizar importantes concesiones a las demandas populares surgidas principalmente del carrillismo, el villismo y del zapatismo. Fue tal la fuerza y la violencia con la que los grupos de campesinos irrumpieron en 1910, que resultó necesario consagrar dentro de la Constitución Política de 1917, una serie de postulados que pudieran pacificar en un primer momento, y posteriormente aglutinar con cierto éxito en torno a la figura del Partido de Estado, a todas estas masas incipientemente organizadas, las cuales, no obstante la ausencia de un proyecto unificado de nación, lograron bosquejar ciertas ideas de una realidad que anhelaban construir.

Fue así como durante gran parte del siglo XX, la sociedad mexicana vivió debatiéndose entre un sistema corrupto y autoritario que, empero, logró solidificar durante algunas décadas una economía capitalista con un fuerte proteccionismo estatal que buscaba contener, mediante una visión bastante peculiar del keynesianismo, el avance de una revolución interrumpida. Es dentro de ese contexto que toma sentido la promulgación de un artículo 3ro constitucional, el cual promueve una educación pública, laica y gratuita, que buscaba transformar los cimientos más profundos de la cultura mexicana durante la cruzada cultural de José Vasconcelos y de la recién creada Secretaria de Educación Pública.

Sin embargo, a partir de 1982, el rumbo de las políticas económicas del país adoptaron un nuevo derrotero, el cual llevó al Estado mexicano a vender infinidad de empresas paraestatales, a abrir por completo sus fronteras en pos de la explotación irracional de nuestros recursos naturales por parte de gigantescos conglomerados globales; y a olvidar el sentido antiimperialista y nacionalista que había adoptado la Revolución mexicana, incluso dentro de los sectores pequeñoburgueses que habían conseguido encumbrarse en el poder. Ante este panorama, resulta inevitable afirmar que mediante la Reforma Educativa, que forma parte del paquete de Reformas Estructurales dictadas e impuestas desde el hemisferio norte del planeta, no sólo se pretende vulnerar los derechos laborales del magisterio, así como su capacidad de organización, resistencia y lucha; sino se pretende lograr lo que no consiguieron ni Victoriano Huerta después del golpe de estado propinado en 1913 a Madero; ni Venustiano Carranza, con el asesinato de Emiliano Zapata y la rendición de Francisco Villa; es decir, la muerte de la revolución.           

  
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[1] De acuerdo con Perry Anderson, el neoliberalismo es una “reacción teórica y política vehemente contra el Estado intervencionista y de bienestar. Véase “Balance para el neoliberalismo: lecciones de izquierda”, en Viento del sur, No 6, 1996:37.
[2] De acuerdo con Juan Campos Vega, en diciembre de ese año, Miguel de la Madrid envió al Congreso de la Unión un par de iniciativas para modificar los artículos 25 y 134 de la Constitución. Véase “La crisis del neoliberalismo en México, balance económico y social”, México, 2000, p. 1.
[3] “Luego de la derrota que los ejércitos revolucionarios del norte propinan al gobierno de Victoriano Huerta, las distintas facciones que habían participado en esta lucha convocan para octubre de 1914 a la Convención de Aguascalientes, la cual reúne a las tres principales corrientes ideológicas que participaban en el proceso revolucionario: carrancistas, villistas y zapatistas. El objetivo era, entre otras cosas, lograr la pacificación del país y concretar un proyecto de nación que abarcara las demandas de los tres grupos” (Ulloa, 1988:1150).
[4] El artículo 27 habla sobre la propiedad de las aguas y tierras comprendidas dentro del territorio nacional, la propiedad privada, el fraccionamiento de los latifundios, entre otros. El artículo 123, que establece derechos laborales tales como la jornada de 8 horas, un salario mínimo adecuado para “satisfacer las necesidades normales de la vida del obrero, su educación y sus placeres honestos” (Constitución Política, 1917:76); o bien, la formación de sindicatos y el derecho a la huelga. Finalmente, el artículo 130 habla sobre la libertad religiosa y la imposibilidad de participar dentro de organizaciones políticas a los ministros de culto.
[5] Se entiende por Felixismo a la corriente política encabezada por Feliz Díaz, sobrino de Porfirio Díaz e importante promotor del golpe de estado contra Francisco I. Madero en febrero de 1913.
[6] Período de tiempo que va de 1929 a 1934 y que se caracteriza por el control político por parte de Plutarco Elías Calles, el Jefe máximo de la Revolución. En esta fase ocuparon la presidencia de la república Emilio Portes Gil (interino tras la muerte de Álvaro Obregón); Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez, que sustituye en el cargo a Ortiz Rubio. Véase http://portalacademico.cch.unam.mx/materiales/prof/matdidac/sitpro/hist/mex/mex2/HMII/Maximato.pdf (2015).
[7] En 1928, Calles realiza uno de los actos “más trascendentales para la institucionalización del sistema político posrevolucionario […] la creación de un partido que agrupara a todas las corrientes de la heterogénea coalición gubernamental: el Partido Nacaional revolucionario” (Mayer, 1988:1193).
[8] Ignacio García Téllez fue un importante promotor de la autonomía universitaria, además de fungir como rector de la UNAM de 1929 a 1932. Como Secretario de Educación Pública promovió programas de capacitación para el magisterio, además de la creación del Instituto Politécnico Nacional. Véase http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/htm/biografias/bio_g/garcia_tellez.htm (2015).
[9] Ver “México y el Fondo Monetario Internacional” en http://www.lajornadadeoriente.com.mx/columna/puebla/economia/mexico-y-el-fondo-monetario-internacional_id_23512.html.
[10] Ver “Pacto por México enfrenta prueba de fuego con reformas energética y hacendarias” en http://www.elfinanciero.com.mx/economia/pacto-por-mexico-enfrenta-prueba-de-fuego-con-reformas-energetica-y-hacendaria.html
[11] Ver “Directrices de la OCDE, en el Pacto por México” http://www.jornada.unam.mx/2012/12/07/sociedad/048n2soc.
[12] Las reformas estructurales incluyen la Reforma Educativa, la Reforma Financiera, la del Sector Salud, la de Telecomunicaciones, la Reforma Energética; además de la Reforma Política.
[13] De acuerdo con la información proporcionada en el portal web “El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) fue creado por decreto presidencial el 8 de agosto de 2002 […]
Antes de constituirse como organismo autónomo, operó en una primera etapa, del 8 de agosto de 2002 al 15 de mayo de 2012, como un descentralizado de la Secretaría de Educación Pública y, en una segunda, del 16 de mayo de 2012 al 25 de febrero de 2013, como un descentralizado no sectorizado.

Como se establece en el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, a partir del 26 de febrero de 2013 el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación se convirtió en un organismo público autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propio.

En esta nueva etapa, el INEE tiene como tarea principal evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del Sistema Educativo Nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior.” Ver en http://www.inee.edu.mx/index.php/acerca-del-inee/que-es-el-inee

[14] Ver “Urge rescatar educación: Mexicanos Primero” en http://eleconomista.com.mx/sociedad/2013/01/29/educacion-secuestrada-oaxaca-michoacan-mexicanos-primero
[15] Ver “Los de la CNTE, ¿criminales y terroristas?” en http://eleconomista.com.mx/sociedad/2015/07/08/cnte-criminales-terroristas-mexicanos-primero
[16] Manuel Gil Antón cuenta con un Doctorado en Ciencias con especialidad en Teoría de las ciencias. Sección de Metodología y Teoría de la Ciencia por el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav) Instituto Politécnico Nacional y se desempeña como profesor investigador en el Colegio de México y en la UAM
[17] «“La reforma educativa” por Manuel Gil Antón». (2015) https://www.youtube.com/watch?v=jH6lzKYGgNY